Preocuparnos por los típicos indicadores financieros en una empresa dejó de ser la única y mayor inquietud de las organizaciones. Hoy, más que nunca, toma fuerza la idea de ser la mejor empresa para el mundo y no solamente la mejor empresa en el mundo. Lo anterior es un eje central del movimiento global de Empresas B, que hoy en día está conformado por 699 empresas de Latinoamérica y 3.989 en todo el mundo, las que cuentan con la exigente certificación de Empresa B, cuyo propósito es utilizar el poder de los negocios para generar un impacto positivo en el medio ambiente y la sociedad.
Este movimiento global busca construir una nueva economía en que el éxito y los beneficios financieros, que sabemos son importantes para una empresa, incorporen el bienestar social y ambiental. Lo anterior sin duda representa un desafío para la gestión de las organizaciones, ya que implica en términos cuantitativos medir el impacto que generan a través de una exhaustiva evaluación que considera a todas sus partes interesadas y un compromiso formal por tomar decisiones considerando las consecuencias de sus acciones a largo plazo en la comunidad y en el medio ambiente.
Cada uno de los indicadores que se evalúan tienen una relación directa con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible comprometidos por los países miembros de la ONU en la agenda 2030. Por lo tanto, es además un proceso que hace consciente a las organizaciones sobre su aporte para cumplir este compromiso del cual todos somos responsables y beneficiarios.
Si bien la generación de triple impacto (rentabilidad financiera, impacto social e impacto medioambiental) no es tarea fácil, todas las empresas que lo deseen se pueden unir comenzando por pequeños cambios que harán la gran diferencia en el mundo en que vivimos. Y esto no es solo cuestión de algunos. En marzo recién pasado BancoEstado anunció tasas preferenciales para aquellas empresas que se encontraran certificadas como Empresas B, y asimismo, Banco Santander hace un par de semanas, realizó un llamado a sus clientes a someterse a la evaluación y apuntar a una futura certificación. Esto aporta en gran medida a un cambio de mentalidad y es extremadamente relevante la señal que importantes instituciones financieras de nuestro país están dando al mundo empresarial. Además, es un aspecto que genera valor para las organizaciones y es muy considerado por inversionistas extranjeros y cada vez también más, por capitalistas nacionales.
La construcción de este nuevo modelo económico inclusivo, equitativo y regenerativo para todas las personas y nuestro planeta, requiere de empresas que equilibren el propósito y las ganancias, dando solución a los problemas sociales y ambientales ya que es la forma en que también lograrán ser competitivas en mercados externos, que van mucho más adelantados en esta materia.
La plataforma que ayuda a medir impacto es gratuita (https://bimpactassessment.net/) y es una excelente herramienta para orientar la gestión de las organizaciones, las cuales deben estar a la altura de los desafíos globales para ser competitivas. La clave es medir lo que importa: el impacto social y medioambiental de su empresa.
Paulina Ceballos Garrido