Un gesto del futbolista portugués Cristiano Ronaldo en el inicio de una conferencia de prensa, que coincidió con la apertura de sesión de la Bolsa de Valores de Wall Street, bastó para que las acciones de Coca Cola Company comenzaran a bajar, lo que implicó una pérdida de valor de mercado durante el día de $ 3.972 millones de dólares.
¿Cómo sucedió esto? El futbolista, que además de todos sus méritos deportivos ostenta el de la cuenta de Instagram con más seguidores en el mundo (más de 300 millones de followers) y es promotor del ejercicio y la vida saludable, quitó de su vista dos botellas de Coca-Cola, uno de los patrocinadores de la Eurocopa, y tras ello mostró una botella de agua a los medios. “Beban agua”, dijo a los periodistas mientras su micrófono aún estaba apagado.
Si bien los analistas financieros se apresuraron en aclarar que no se puede constatar de ninguna forma que el gesto de Ronaldo haya significado la caída de un 1,09% en el precio de la acción de Coca-Cola ese día, sí es una realidad que los medios de comunicación de todo el mundo correlacionaron los hechos y además, tanto la empresa como la Asociación de Fútbol de la Unión Europea (UEFA) tuvieron que hacer una declaración ante este hecho donde señalaron que la multinacional “ofrece una variedad de bebidas para satisfacer diferentes gustos y necesidades, que están disponibles durante todo el torneo”. Es decir, importó lo suficiente como para tener que salir a aclarar.
Lo anterior sirve para destacar el papel relevante que, para bien o para mal, puede llegar a tener un líder de opinión digital, más conocido por su nombre en inglés, influencer, que según definición de la Asociación de Marketing Boca en Boca (WOMMA, por sus siglas en inglés), es “una persona capaz de comunicarse sobre productos y servicios para influir en las opiniones de su audiencia”.
Pero ¿es tal su poder? La verdad es que si nos basamos en cifras la respuesta es sí.
Un estudio de Tomoson, plataforma para el manejo de redes sociales, reveló que el 92% de las personas están dispuestas a confiar en las recomendaciones personales sobre las marcas, incluso si no saben quién es la persona que entrega la información. Además, el 81% de las personas se dejan influenciar por aquellos mensajes de sus amigos en las redes sociales y el 71% de los clientes mejoran el punto de vista que tienen ante una marca al leer críticas positivas en la Web.
Entonces, el poder de los influencers radica en que gracias al aumento de programas o cuentas premium que permiten el bloqueo de anuncios, se hace más complejo llegar a los clientes vía online, por lo tanto, se hace necesario tener personas de confianza para que, a través de ellas, se pueda llegar a los clientes.
En el plano nacional, la cuenta con más seguidores de Instagram es la del futbolista Arturo Vidal (15 millones) quien quizás debió acordarse de eso antes de requerir la visita de un peluquero al lugar de concentración de la selección chilena en Brasil, rompiendo las reglas de un estricto protocolo sanitario producto del Covid-19. Un influencer no solo debe ser consciente de su poder, también ser responsable y constituir un ejemplo para su público, sobre todo si ejerce influencia en los más jóvenes.
Paola Zerega Tallia